mayo 16, 2011

Neuropsicología


Se puede definir la neuropsicología como el estudio de la relación entre la función cerebral y el comportamiento1. Sin embargo, dicha definición se adapta mejor a la psicobiología, ya que la neuropsicología es más amplia porque incluye a la psicofarmacología y a la genética conductista, que se encarga de estudiar la influencia genética en la cognición y el comportamiento.

Algún tiempo después del boom del conductismo en los 1950s, volvió el interés en los procesos cognitivos y surgió la neuropsicología como estudio independiente. Hay dos grandes ramas: la clínica y la cognitiva, que pueden ser distinguidas simplemente porque la primera se enfoca en los efectos del daño o enfermedad cerebral en los procesos psicológicos, y la segunda trata de entender los impedimentos que acarrea la interrupción del procesamiento de la información. 

Durante el renacimiento, el interés en el racionalismo y la ciencia llevó a intentar identificar las funciones con determinadas partes del cerebro, dando pie a la frenología, que fue iniciada por Gall, defendida por Broca y rebatida por Flourens. La frenología decía que la forma del cerebro podía notarse en el exterior del cráneo y que, según esto, puede saberse algo del carácter de la persona; que había razas enteras con “cerebros superiores” y que los hombres eran más inteligentes que las mujeres. De ahí vienen sus grandes errores. 

Cabe destacar, sin embargo, que con ella surgió un interés general en la relación entre cerebro y comportamiento. Además, hasta hoy algunas de sus premisas tienen cierto grado de verdad, como por ejemplo: que las aptitudes son en alto grado innatas y que la diferencia en capacidades tiene correlación con las diferencias estructurales, debido principalmente a la genética que forma nuestro cerebro. Sin embargo, los métodos de la frenología no eran científicos, ya que la hipótesis era sostenida por evidencia anecdótica.

Broca hizo un gran aporte al notar que sus pacientes que habían tenido lesiones en la hoy llamada área de Broca perdían la capacidad de hablar (sufrían de afasia), pero sin embargo todavía podían entender el lenguaje. Otro tipo de afasia es la de Wernicke, (por daños en el área de Wernicke y más ampliamente en el lóbulo temporal) donde es el entendimiento del lenguaje el que se ve afectado. Si lo que se pierde es la conexión entre ambas se puede entender y emitir palabras pero éstas son ininteligibles.

Hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, la neuropsicología quedó en una especie de hibernación y volvió el interés en modelos conexionistas. Los “diagramas neurales” ayudaron a entender las diferencias entre las funciones de diferentes regiones del cerebro.

Actualmente es preferida una visión modular. aceptando que los procesos cognitivos son fruto de la interacción entre centros especializados.

1 Kolb and Whishaw (1996) Fundamentals of human neuropsychology (4th edition). New York: Freeman & Co.

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